Entre actividades diversas, como corresponde a un diputado del cantón Central de Alajuela, que está especialmente interesado en que el ferrocarril retorne a sus funciones en las áreas sureñas como San Rafael, oí unas partes de la intervención del diputado Marco Vinicio Redondo.Y primero, quiero decirle a don Marco Vinicio Redondo, que hay alusiones en relación con las cuales hay que tener cuidado. Si él conociera al doctor Manuel Antonio Barrantes, empezaría por ofrecer una disculpa pública de aludirlo.Hablamos de un hombre con una trayectoria inmaculada, inconmensurable, patriótica, apegada rigurosamente a todos los requerimientos del cargo, desde la docencia donde empezó en su amada Grecia, en la Asamblea Legislativa donde nos acompañó, hasta el desempeño en distintas embajadas, algunas tan relevantes como Rusia o Noruega donde terminó.Don Manuel Antonio Barrantes hoy está jubilado. Está disfrutando lo que justificadamente construyó con su esposa, con sus hijos, con su familia, que tiene una dimensión ética, cívica, patriótica y laboral que probablemente sea difícil de entender para un diputado mezquino, que quiere resolver un problema nacional maltratando a personas que no lo merecen.
Don Marco Vinicio, no encienda el abanico para ocultar los atropellos de su canciller. Si usted quiere, hablamos de República Dominicana, si quiere hablamos de la jefatura despacho del canciller, si quiere hablamos de Trinidad y Tobago, si quiere hablamos de la jefatura de prensa, si quiere hablamos de por qué me llega información todos los días contra el ministro de Relaciones Exteriores.No, don Marco Vinicio, yo no estoy interesado en asuntos personales, yo no estoy persiguiendo individuos, estoy persiguiendo la luz que no aparece en Ministerio de Relaciones Exteriores.
Estoy persiguiendo la verdad que se ha oscurecido y ocultado, estoy denunciando que a un embajador incompetente le dan una nalgadita para disimular que no ha entregado los informes que por reglamento debe presentar.
No, señor diputado Marco Vinicio Redondo, si usted quiere convocarme a un debate caso a caso, le doy gusto durante los dieciocho meses que tenemos pendiente, pero eso no va a resolver el problema del ocultamiento de información pública, de la no sanción a un embajador incompetente, de la invisibilidad de un canciller que debe darle la cara a Costa Rica.Yo nunca le rehúyo a un debate, pero no estoy dispuesto a cohonestar el maltrato a individuos cuando hay hechos, hechos, hechos, don Marco Vinicio. Y entre esos hechos están la alcahuetería y el encubrimiento del ministro Manuel González.
Si sigue la ruta del lodo, en el lodo caminaremos. Si sigue la ruta de los hechos, en ella nos encontraremos, pero contéstenme porque no tengo las respuestas que he requerido. Me someto a la Sala Constitucional en lo pertinente y aquí estaré de pie cada vez que sea requerido.
Rolando González Ulloa 